El mismo Señor Jesucristo experimento los momentos fuertes de
la tentación, donde el tentador quiso desviarlo de su real objetivo: Hacer
la voluntad del que lo envió. La única manera
como El se sostuvo fue a través de la íntima
comunión con su Padre y por supuesto la Palabra de Dios.
¿Qué es la tentación?
La tentación proviene de tres agentes conocidos:
-
El
mundo y sus atracciones
-
La
concupiscencia de la carne
-
El
tentador, enemigo del cristiano.
(Santiago 1:12-15)
La tentación nos confronta con el pecado, pero como hijos de
Dios debemos fortalecernos en su Palabra “escrito esta”.
Padre en este momento nos ponemos delante de ti Señor para
que atreves de tu Santo Espíritu nos ayudes a ser hijos esforzados y valientes
que no ceden a las tentaciones que se nos presentan día a día, ayúdanos en
nuestras debilidades Espíritu Santo, tú que eres nuestro consolador, el que nos
convence de pecado, el que nos ayuda a
entender todas las cosas y nos llevas a la verdad, líbranos de cada tentación que quiere atrasar
el proceso de nuestro crecimiento espiritual y el conocimiento de nuestro
hermano mayor JESUCRISTO, te lo pedimos en el nombre de Jesús.
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